lunes, 19 de septiembre de 2011
Una cosita menos por hacer
Este verano por fin me he quitado la espinita de ir a San Millán de la Cogolla, aunque por cuestiones de tiempo sólo pudimos ver el monasterio de Yuso, para quien haya nacido ayer por la tarde, el sitio donde se escribieron las primeras palabras en castellano y euskera de las que se tienen constancia, y que junto con el monasterio de Suso forman la cuna del castellano.
La verdad que me decepcionó un poco, porque la visita no cubría todo el monasterio, ya me imaginaba que las dependencias de los monjes no se verían, pero había partes en las que se pasaba de largo y la visita apenas se centraba en las glosas, enseñando unas fotocopias de las originales, que estarán bajo tres mil llaves en la academia de la historia, la iglesia, la sacristía, la biblioteca de libros de coros y los féretros de santos. No está nada mal tampoco, quizá fuese culpa mía por haberme creado grandes expectativas, o quizá sea verdad que las grandes dosis de fantasía existentes en la historia del monasterio ayuden a sentirse algo desolado. ¿Creerse que un santo vivió más de cien años en el siglo VI DC? ¿Creerse que ese santo hizo la tira de milagros?
Bueno, al menos ya he hecho una tarea pendiente.
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