Todo empezó hace unos años una tarde que me iba yo a trabajar dando un paseíllo con ganas de gastar dinero. Iba viendo tiendas y en una de ellas, en pullandbear, para qué ocultarlo, los vi. Unos calzoncillos de color rosa. Seguramente no sean para tanto, pero eran la primera vez que los veía y me parecían geniales. ¿Por qué? Porque nadie se espera que cuando estés en "eso" te descubras con un color así, y corroboro que es verdad, y porque decidí que serían los calzoncillos de la suerte, como el príncipe de Bel-Air y sus gayumbos de la suerte. Así, cuando tenía un examen, con ellos a sufrir; cuando había que ligar, con ellos a triunfar; cuando me daba la gana, con ellos a darlo todo.
Evidentemente, de suerte nada. He cateado varios exámenes con ellos, algunos de lo más humillante posible. Pero no con aquellos. Hasta el momento ha habido cinco y seguramente la familia crezca más sin que se note, pues hay que ver cómo se dan de sí las gomas.
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